Carmelo tiene ya espacio propio en Talavera, una ciudad a la que llegó con la ilusión de los veintipocos años, y de la que nunca se ha marchado del todo.

Director de cine, coreógrafo, entusiasta creador de ambientaciones de Carnaval, de musicales adoptados, concejal y, sobre todo, enamorado de Talavera, es referente de toda una generación de jóvenes comprometidos, y seguirá siendo, sin duda, un espejo en que se miren los futuros artistas.

Carmelo tuvo siempre ganas de triunfar en el arte, el espectáculo, la creatividad, y se orientó hacia el cine. Con su productora Ambigua Films, realizo su ópera prima, «La Puta Vida”, a la que siguió «Las luces del 22», un mediometraje muy alabado. Tuvo tiempo, en medio, para afrontar ‘‘Carmen, Carmen” «Jesucristo Superstar” y para seguir participando activamente en la vida cultural de su ciudad de adopción.

Carmelo Castilla nació para el espectáculo, pero la vida, esa vida que se bebió a grades tragos,como si le faltara el tiempo, se le acabó demasiado pronto, en plena madurez creativa y cuando comenzaba a saborear las mieles del triunfo. Desde esta sala, y para siempre, seguirá escuchando los aplausos de su público.